Selfie en el Salto del Ángel
© Paul Guschlbauer
Parapente

Vuela sobre el Salto del Ángel con este vídeo

Cinco días de caminata y 15 minutos de bajada. Tremenda aventura en la catarata más alta del mundo.
Por Josh Sampiero
4 minutos de lecturaPublicado el
El Salto del Ángel es la catarata ininterrumpida más alta del mundo, cayendo desde casi 1.000 m. entre las copas de los árboles venezolanos desde una meseta en mitad de la selva. Su historia (y su nombre) están estrechamente ligados al cielo que hay por encima de ella, y es que fue descubierta al mundo cuando, en 1932, el piloto de aviones Jimmy Angel la sobrevoló con su avión, y se convirtió en un emblema mundial siendo la inspiración de 'Paradise Falls' de la película de Disney 'UP'.

3 minutos

Paul Guschlbauer paragliding over Angel Falls

Paul Guschlbauer paragliding over Angel Falls

Así que no es ninguna sorpresa que Paul Guschlbauer las quiera ver desde su parapente. Se había sobrevolado antes (aunque solo por cinco personas) pero nunca con la mezcla de caminata más vuelo. ¿Por qué? Por los problemas, la fuerza, la resistencia y la entrega necesarias para pasar cinco días hasta llegar allí a pie. Pero, además, hay otra razón por la que Paul está dispuesto a hacer el viaje: es el entrenamiento perfecto para una carrera llena de aventura como la Red Bull X-Alps de este verano.
La cascada desciende desde el borde de los 2.500 m. de altura de la meseta de Auyantepui, la planicie de una montaña más grande de Chile, con 667 km2. Para hacer la caminata, Paul contó con la compañía del parapentista Igor Elorza y otros dos pilotos lugareños. No estamos ante un simple paseo por el campo, no es nada fácil. Esa será la razón por la cual ningún parapentista lo ha hecho antes. Pero ¿y el resultado? "¡Fue una de las mejores aventuras de mi vida!", nos asegura Paul.
Paul Guschlbauer en el Salto del Ángel

Ayuda lugareña de escalada

© Paul Guschlbauer

Cruzar la meseta significa tener que afrontar una caminata que va desde Uruyen y se extiende 62 kilómetros hacia arriba... seamos claros: es un sufrimiento muy serio. Lluvia, barro, insectos... no iba a dar un paseo por un parque.
Paul dice que "cada paso era diferente, a veces había 5cm de barro, ¡y otras 50!" Los pilotos llegaron a las cascadas después de cinco días de viaje a pie, y acamparon durante la noche. Si se hubieran dado las condiciones perfectas, el grupo hubiera sido el primero en llevar sus parapentes y volar desde el Salto del Ángel.
Un palo de selfie siempre viene bien

Nunca salgas de casa sin tu palo de los selfies

© Paul Guschlbauer

Todo para un vuelo de quince minutos con cierto riesgo de que al final no se pudiera dar. ¿Por qué? La zona de los alrededores del alto del Ángel no está precisamente hecha para el parapente.
¿Ves la forma en que las nubes se apelotonan en la cima de la meseta después de ser empujadas por el viento? Súmalo al despegue sin caída y el resultado conducía a un lanzamiento bastante estrepitoso. De hecho, bastante que solo uno de los cuatro pilotos que acompañaron a Paul decidió que el 'paseo' de cinco días era suficiente como para sumarse a la arriesgada idea del lanzamiento.
Paul Guschlbauer sobrevuela el Salto del Ángel

No es una vista mala...

© Paul Guschlbauer

Pero para Guschlbauer, Elorza y su cámara (alguien tenía que volar el drone para fotografiar el despegue, ¿no?) las cosas salieron bien. "Me venía un soplo de viento por detrás, y esto era mejor que tener los rotores por delante", afirma Paul. "Igor tuvo mucha mejor suerte con el aire, que estaba en una calma total. Se le puede ver volar un metro por delante de mí".
Selfie en el Salto del Ángel

Paul Guschlbauer en una sensación angelical

© Paul Guschlbauer

Una vez en el aire, estaban ante un espectáculo digno de ver mientras el agua caía desde 1.000 m. de altura. Un disfrute que se evidencia con los gritos de placer de Paul. Para que el ascenso térmico no afectara en el debilitamiento de la selva, hicieron solo un vuelo corto, descendiendo a un cauce situado a sus pies. Al final, todos los chicos montaron en el barco para volver a viajar durante dos días rumbo a la civilización.
Cinco días de paseo para un increíble vuelo de 15 minutos. Fue el paseo en parapente más extremo nunca visto antes.
Consigue más aventura de la buena en nuestra página de Facebook.