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Las batallas escritas: más allá del lenguaje. Mira Liga Bazooka en vivo
Cuando improvisar no es el objetivo, sino elegir, con calma y tiempo, la palabra más adecuada. El domingo 16 de julio vuelve Liga Bazooka y podrás verlo en vivo por los canales de Red Bull Batalla
Si hay una palabra que defina al freestyle es improvisación. En cambio, el término que podría resumir mejor qué es una batalla escrita es preparación. Pensar una rima rápidamente para responder a un rival ya no es el objetivo, sino meditarla y elaborarla con calma y tiempo. En las batallas escritas, el uso del lenguaje sube un escalón más, pues la presión de la improvisación no es excusa.
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Vuelve Liga Bazooka, míralo en vivo el domingo 16 de julio
Red Bull Batalla retransmite en vivo la próxima jornada de batallas escritas de Liga Bazooka, será el próximo domingo 16 de julio y podrás seguirlo por los canales de Red Bull Batalla.
Las batallas escritas son un fenómeno en auge. La reciente vuelta de Dtoke y la Liga Bazooka es una muestra clara de ello. Sin embargo, no se trata de algo nuevo. México es uno de los países con más tradición, y ya cuenta con eventos muy arraigados, como Spit MX o Línea 16. Incluso durante la pandemia, pudieron adaptarse gracias a los eventos y ligas virtuales, muchos de ellos de nueva creación.
En estas batallas escritas se estila no tener jueces y no hay un ganador oficial. A diferencia de las competencias como Red Bull Batalla, en las que el ganador de los enfrentamientos 1 vs. 1 va avanzando rondas, en las escritas los emparejamientos suelen estar cerrados, acordados por las partes de antemano y anunciados así públicamente. No existe relación entre esos enfrentamientos individuales ni hay vencedores que se enfrenten más adelante en otra fecha.
Pero ¿por qué decimos que las escritas van «más allá» del lenguaje? ¿Qué es lo que las hace tan diferentes?
La complejidad lingüística
La gran dificultad del freestyle es crear una rima potente, un buen punchline, en apenas unos segundos. En las escritas, la ventaja del tiempo hace posible emplear un lenguaje totalmente distinto, un vocabulario más rico y meditado, con figuras retóricas complejas y difíciles de conseguir en una batalla improvisada.
De forma similar a lo que ocurre en la poesía tradicional, la creatividad es el límite. Pueden ser rimas que formen una historia (con su principio y su fin) o un diálogo ficticio. Se pueden crear personajes o interpelar al público. En algunas competencias, no se pone ningún límite al ingenio del rapero y es posible que intervenga una tercera persona, que se inserte un beat ya preparado, que haya vestuario y atrezo…
El lenguaje es la materia prima con la que cualquier rapero trabaja. Pero, en las escritas, hay que moldearlo para crear un texto destinado a un rival concreto y que será recitado sin pausa. De hecho, la memoria a veces juega un papel fundamental (muchos recordarán que ya le jugó una mala pasada a Sony en la Liga Bazooka en su duelo contra Markitos, por poner un ejemplo). Hay competencias que incluso penalizan llevar el texto o consultarlo en el móvil. No solo hay que saber usar el lenguaje: hay que defender las rimas en el escenario.
El lenguaje corporal
Las batallas escritas se acercan un paso más hacia la poesía tradicional, pero tienen un ápice de actuación y de teatralidad. El lenguaje de los gestos es un elemento indispensable. Dar vida al texto no es solo recitarlo frente a su rival y el público, sino conseguir meterlos a todos dentro de la escena. La soltura con la que se rapea, el movimiento en el escenario, la forma de mover las manos… envían casi tanta información como lo hacen las palabras.
Además, la gestualidad es especialmente necesaria para dinamizar cada ronda, pues, a diferencia del free, son batallas de más duración y muchas veces a capela. Para potenciar la energía del lenguaje corporal, no es raro que los competidores utilicen micrófonos de diadema para tener las manos libres y así poner en escena sus rimas.
El idioma ya no es un límite
El enfrentamiento entre el estadounidense Dizaster y el mexicano Aczino fue un hito en la historia del rap. Una escrita aparentemente normal con un elemento rompedor: el bilingüismo. Una ronda en inglés, una en español y una en espanglish para un rapero cuya primera lengua es el inglés y para otro cuyo idioma principal es el español.
Las batallas escritas, con su preparación característica, se prestan a crear formatos innovadores como este, en el que los participantes tienen tiempo para analizar, estudiar y repasar cada rima. De esta forma, Dizaster, que tiene el español como su tercera lengua (tras el inglés y el árabe), fue capaz de defender una ronda completa. Aczino, por su parte, no se quedó atrás y dejó el listón muy alto en un idioma con el que no está 100 % familiarizado. La presión que supone el freestyle habría hecho imposible un duelo así.
Del mismo modo que Aczino y Dizaster pudieron crear grandes barras en lenguas que no emplean habitualmente, las escritas permiten que los raperos que hablan más de un idioma tengan la oportunidad de probar su talento en cualquiera de ellos (incluso si no los dominan totalmente). Por ejemplo, hay muchos raperos afincados en Estados Unidos de ascendencia hispanohablante que quizá no practican el español tanto como para sentirse cómodos en una batalla de free, pero encuentran su lugar (y destacan) en las escritas en español. Sin duda, es una opción interesante para cualquier amante del rap que quiera un nuevo reto.
No hay duda de que el inglés es una de las lenguas más importantes del freestyle. Dizaster ya ha protagonizado varias batallas en inglés con raperos cuya lengua materna era otra (como su famoso enfrentamiento contra el ruso Oxxxymiron). Sin embargo, el español es un idioma hablado por casi 500 millones de personas y las previsiones apuntan a que Estados Unidos, el epicentro de la cultura hiphop, será el segundo país hispanohablante después de México en 2060. El duelo Dizaster-Aczino muestra que nuestro idioma sigue siendo un pilar fundamental. El español pisa (y pisará) fuerte en las competencias de rap.