La reacción ante los momentos clave de la vida suele ser una buena métrica para definir la personalidad de una persona. El 30 de noviembre es uno de esos instantes que perduran en la memoria de cualquiera y más si consigues alzarte con el objetivo que llevas buscando durante años. Teorema (Mateo Elicura Cervera) tiene un método para guardar ese recuerdo en su mente para la posteridad.
El cinturón de campeón ya está paseando su brillo por Madrid y cada MC tiene una preparación específica para conseguirlo. Nosotros tuvimos la posibilidad de pasar unas horas con Teorema, uno de los MCs más queridos por los amantes del freestyle, y nos quedamos sorprendidos con su madurez, abrumados por su cultura y acongojados por su personalidad.
Un freestyler que devora libros
“Soy un devorador de libros”, nos cuenta Mateo en el circuito del Jarama cuando le preguntamos si no se atrevía a montar en los coches. La perspectiva era curiosa, porque casi siempre se relaciona a los raperos con los deportivos de alta gama y los colores llamativos, por lo que sorprendía que uno de ellos los tuviera enfrente y prefiriera sumergirse entre las páginas de un libro. “Estoy leyendo ‘Nuestra parte de la noche’ de Mariana Enriquez”, nos dice cuando le preguntamos por un tomo con el Ángel Caído de Cabanel serigrafiado en la portada.
El libro trata sobre un medium que forma parte de una sociedad secreta en la que la oscuridad es la base de su poder con un objetivo claro: la vida eterna. “Es un poco oscuro, pero te hace pensar y a mi me ayuda a lavar mi mente con la imaginación”. El libro acompaña a Teorema a cada evento y sus páginas se van desgastando a medida que lo vemos durante los siguientes días. “He leído ya 400 páginas. Mi mente relaciona la lectura con el placer”, nos confirma el MC chileno.
Durante el trayecto en furgoneta, da comienzo una charla literaria en la que cada uno de los cuatro miembros aporta sus conocimientos en base a lo leído y estudiado. Aparecen grandes nombres como George Orwell, Tolkien, Ruiz Zafón, Pérez - Reverte y títulos de libros de autores que no se recuerdan. Sagas enteras por las que Teorema se interesa y apunta en las notas de su móvil. “Leer me ayuda a ordenar mi cabeza y consigue que esté relajado a la hora de improvisar. Es mi pequeño truco”, nos cuenta el cañetino justo antes de acabar el trayecto.
Una madurez necesaria y valores enraizados
La conversación se transforma en una charla improvisada con el freestyle como base. “Esta final me pilla en un proceso más maduro. Estoy tranquilo y eso me hará tomar decisiones más conscientes”, contesta cuando le pregunto por su nivel. Además, incide mucho en que ahora “sí cree en sí mismo”, todo gracias a un cariño de parte del público que tiene “la responsabilidad de valorar”. “Si toda esta gente confía en mí… ¿Por qué yo no voy a hacerlo”, concluye dejando clara su postura.
Si toda esta gente confía en mí… ¿Por qué yo no voy a hacerlo
Hablamos de Chile en el freestyle y aparece el nombre de El Menor. “La Final Nacional sirvió a Chile para demostrar nuestro nivel. Queríamos que todos se sintieran orgullosos”. La presión es grande para que un chileno gane por fin una final internacional, pero Teorema nos comenta que prefiere gestionarlo desde sus orígenes: “Aquí me trajeron los libros. Me trajo la enseñanza de mi mamá. La enseñanza de mi abuela y el apoyo de mis tías y mis amigos. La presión es por ellos. Aunque mi último pensamiento antes de salir ahí tiene que ser en mi mismo”.
Cuando pasamos a un punto más personal, las pausas para coger aire comienzan a ser más habituales. “Si gano, se lo dedicaré a mi mamí que está en el cielo. También a mi tía y a mi abuela. Y, sobre todo, a Chile”.
La influencia de la revolución y el hartazgo social
El viaje de vuelta fue más un diálogo entre dos que un coloquio. La temática se basaba en la sociedad chilena y cómo, según Teorema, estuvo a punto de conseguirse el objetivo del estado de bienestar. “Estuvimos a punto de conseguirlo. Los colegios privados se llenaron de gente de los campamentos. Había cohesión social en Chile”, nos contaba el MC con emoción. “Todo estaba listo para mejorar, pero no nos dejaron. Cada persona que destacaba y pensaba en el conjunto, desaparecía a manos de la dictadura”, decía Mateo con alguna lágrima en los ojos.
“La historia de Chile me emociona porque pudimos ser tanto…”, concluye Teorema para acabar cambiando de tema. Es cuando me pregunta por mi tierra y le hablo de Extremadura y sus campos verdes. “Me suena Extremadura”, contesta Teo. Y ahí es cuando le cuento que Santiago de Chile se llamaba antes Santiago de Nueva Extremadura debido al apóstol y a los conquistadores extremeños. “¿Es uno de los sitios españoles donde hay pueblos con pocos habitantes?”, me pregunta. A lo que asiento con la cabeza mientras le explico el concepto de la España vaciada.
Teorema se queda sorprendido con España y sus curiosidades. No logra entender cómo puede haber pueblos con cien personas, pero pone interés en comprenderlo. Esa misma tarde, se escucha cierta rima en la batalla de exhibición: “Soy extremo y tú eres dura, te voy a llevar a Extremadura…” demostrando, una vez más, que el freestyle sale del ingenio y las experiencias vividas y que Teorema lo demuestra como el portador de la máxima expresión de la improvisación.
No te pierdas la Final Internacional el 30 de noviembre en los canales de Red Bull Batalla.
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