Campeón del mundo, olímpico, icono del deporte australiano… Alex “Chumpy” Pullin era todo eso y más, pero sobre todo era un gran ser humano.
La familia Red Bull ha perdido a uno de sus hijos predilectos. El deportista (32 años) se ahogó mientras practicaba la pesca con arpón en la Gold Coast de Queensland, Australia. Desde aquí queremos expresar nuestro más sentido pésame a su familia y amigos.
“Los valientes y los generosos rara vez se arrepienten”.
Chumpy nació en Victoria (Australia) y creció en Mount Buller donde sus padres tenían una tienda de alquiler de esquís. Enseguida comenzó a hacer sus pinitos en la nieve, con tres años ya esquiaba, con ocho comenzó con el snowboard y con 15 años se coronó campeón australiano de boardercross. A partir de ahí comenzó una larga carrera deportiva que lo llevó a ganar el Campeonato del Mundo en 2011 y 2013. Chumpy representó a Australia en tres Olimpiadas y en 2014 en Socchi (Rusia) fue quien llevó la bandera nacional australiana. Uno de los mayores honores a los que puede aspirar un atleta.
Chumpy era embajador de la estación de esquí de Mount Hotham, donde entrenaba. Hace poco se había mudado a la Gold Coast para disfrutar allí del verano. Era muy querido por su atractiva personalidad, actitud positiva y entusiasmo por la vida. Su tranquila personalidad contrastaba con su agresividad en el deporte. El atleta australiano era capaz de canalizar su energía mejor que nadie. En un momento estaba sobrepasando los límites del rendimiento humano y al siguiente lo podías ver rasgueando su ukelele o tocando su amado banyo. Parte del resto de su tiempo lo dedicaba al surf, un deporte que amaba casi tanto como el snowboard.
“Nunca olvidaré los comienzos juntos en la montaña, persiguiendo nuestros sueños, lejos de casa y de nuestras familias. Aspirábamos a poder representar a Australia algún día”.
“Los valientes y los generosos rara vez se arrepienten”, ese era el lema de Chumpy, y lo practicó al pie de la letra. Era un ser humano muy genuino, apasionado de la vida. Superó las dificultades derivadas de crecer en Australia hasta convertirse en el número uno mundial en un deporte de invierno. Antes de la Olimpiadas de 2018 pasó una tarde tocando en la calle, de manera anónima, en Manly Beach. Lo que ganó lo donó a una organización benéfica, algo que él nunca te habría dicho.
Chumpy fue durante 9 años un atleta Red Bull. Era un verdadero líder, amante de la gente y que trataba a todo el mundo igual, con independencia de su edad o estatus. En la reunión de los atletas australianos de Red Bull se volcaba para ayudar a los más jóvenes, quienes lo adoraban por ello. Siempre quiso echar una mano al prójimo para que los demás pudieran alcanzar el máximo, tanto en el deporte como en la vida. Dio numerosos cursos en los que enseñó su técnica y los secretos que le permitieron alcanzar el éxito. “Cualquiera que me conozca sabe que he encontrado una receta para poder llevar una vida plena dentro y fuera del deporte”, dejó escrito en su página web, y era verdad.
Todos sus compañeros lo admiraban. “Chumpy fue un gran atleta y un embajador de nuestro deporte, tanto en Australia como en el mundo entero. Consiguió grandes cosas con la tabla pero por encima de todo fue una buena persona que amó la vida y se enfrentó a todos los retos con energía y pasión. Nunca olvidaré los comienzos juntos en la montaña, persiguiendo nuestros sueños, lejos de casa y de nuestras familias. Aspirábamos a poder representar a Australia algún día”, dijo Scotty James, quien también ha participado tres veces en las Olimpiadas en la categoría de snowboard.
“¡Chumpy estaba lleno de vida! Siempre sonriendo con una enorme energía. Alcanzó grandes logros en el deporte, gracias a sus enormes dosis de trabajo y dedicación. Nunca he visto a nadie trabajar tanto como Chumpy”, confesó Mick Fanning, tres veces campeón del mundo de surf.
“Lo único que quiero cuando me retire del snowboardcross es quedarme satisfecho con mi rendimiento y mis recuerdos. Saber que fui más allá de mi límite”, dijo Chumpy a Red Bull en 2013.
Hiciste eso y mucho más. El mundo te echará de menos. Descansa en paz, amigo.