Pádel
Cómo Ale Galán se convirtió en el número uno del pádel mundial
Junto con su compañero Juan Lebrón, así es cómo el madrileño Ale Galán se hizo con en el número uno tanto en la clasificación del World Padel Tour como en la Premier Padel.
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Ale Galán ha tenido un camino pedregoso hasta la cima. Su entrada en el World Padel Tour se produjo en 2016, cuando unió fuerzas con Juan Cruz Belluati. Durante dos años, la pareja batalló, ganando posiciones respetables en el ranking. Más tarde, en 2018, Ale formó pareja con Matías Díaz y llegaron a la final del Valladolid Open, donde derrotaron a Maxi Sánchez y Sanyo Gutiérrez; era el primer título en el World Padel Tour para Galán.
Al año siguiente, Galán formó pareja con Juani Mieres, con quien ganó el Buenos Aires Padel Masters en Argentina, antes de otro cambio de pareja, a partir del Valencia Open, cuando empezó a jugar junto a Pablo Lima. Esta pareja ganó el título en Valencia.
En 2020, la montaña rusa pareció estabilizarse, y Galán encontró a su actual pareja, Juan Lebrón. Juntos, el dúo ha cosechado grandes éxitos, como convertirse en la pareja número uno del mundo. Pero, como bien sabe Galán, aún le quedan muchas metas por conquistar, tanto dentro de la pista como fuera de ella.
El madrileño afronta una nueva temporada de competición con miras a lo más alto. ¡Sigue su evolución con la retransmisión en directo de todas las pruebas de Premier Padel 2024 desde Red Bull TV!
Ale Galán y Juan Lebrón se han convertido en la mejor pareja del pádel
© Premier Padel
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Los comienzos
"Creo que el pádel me conoció antes de que yo conociera el pádel", dice Galán, relatando la historia de cómo, justo después de nacer, sus padres se mudaron a un nuevo complejo de apartamentos que casualmente tenía su propia pista de pádel. "Aunque pensábamos que era una pista de tenis mal hecha", ríe.
Creo que el pádel me conoció antes de que yo conociera el pádel.
En aquella época, el pádel era un deporte nuevo en España. Galán aprendió rápidamente, jugando siempre que podía con los niños del barrio y su hermana mayor. "Empecé porque era el deporte que practicaba mi hermana", admite.
Como a la mayoría de los niños españoles, a Galán también le gustaba mucho el fútbol, pero su madre no podía llevarle al fútbol y verle jugar al pádel al mismo tiempo, así que Galán tomó una decisión. "El pádel era el deporte con el que más disfrutaba. Hoy en día ya no es un hobby, porque vivo para el pádel".
Lo que le gusta de este deporte es lo mismo ahora que entonces. "Como deporte me parece bonito, muy social y un deporte muy elegante. El tenis siempre ha sido elegante y el pádel ha añadido algunos elementos que el tenis no tiene, y en mi opinión mucho mejores, haciendo que el deporte sea más espectacular y más divertido, ya que es más social."
El camino de Ale Galán hacia la cima del mundo del pádel ha sido muy largo
© Premier Padel
Creo que el pádel es bonito, muy social y un deporte muy elegante.
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La lucha
Galán empezó muy fuerte en este deporte, participando pronto en torneos y ganando. Pero la victoria no era un hecho. "Cuando empecé, tenía menos de 10 años. Era alto y me iba bien, pero a partir de entonces dejé de ganar", recuerda.
Como su familia no podía apoyar económicamente su entrenamiento del mismo modo que lo hacían las familias más ricas, Galán sintió que le dejaban atrás. Sorprendentemente, Jorge Martínez, jugador reconvertido en entrenador, le concedió una beca para que pudiera entrenar, y se dedicó de lleno a este deporte. "Fue entonces cuando crecí y mi nivel mejoró", recuerda. "Empecé a ganar y me convertí en uno de los mejores sub-18 a nivel nacional".
Galán eligió el pádel antes que el fútbol y luchó mucho para conseguirlo
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Ganarse la confianza
Como todos los niños que se enamoran de un deporte, Galán tenía un sueño. Pero, cuando empezó a entrar en el circuito profesional, aún no estaba seguro de que su afición pudiera convertirse en su vida.
"Es como si jugaras al fútbol de niño y te encantara ser profesional", dice. "Cuando conseguí la beca, pensé: 'Si confían en mí, debería devolverles la confianza'. Y empecé a pensar más en el pádel; me involucré mucho porque quería devolver este regalo. Ésa ha sido mi evolución, basada en el entrenamiento: trabajo diario, esfuerzo y devolver la confianza a la gente que confió en mí."
Ale Galán, en acción
© Fabrizio Carabelli/SOPA Images/LightRocket via Getty Images
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Ídolos
Como el pádel no era muy importante en España cuando Galán empezó, dice que no seguía las series profesionales, pero sí conocía a los jugadores número uno y se medía con ellos. Pero su verdadero ídolo estaba más cerca de casa. "Siempre admiré a mi hermana", dice. "Siempre ha tenido mucho talento para los deportes. Pensaba: 'Mi hermana está ganando todo el tiempo y yo ni siquiera puedo ganar un partido, ¿qué está pasando?".
Siempre admiré a mi hermana.
La hermana de Galán, Alba Galán, llegó a alcanzar el número seis en la clasificación mundial de dobles, antes de anunciar que se dedicaría a entrenar el año pasado.
Fuera de la familia, Juan Martín Díaz fue una gran inspiración por su forma de jugar y su personalidad. "Ha sido un ídolo para muchos jugadores de mi época, siempre ha sido una referencia", dice Galán. "A veces se ha dicho que mi juego se parece a su forma de jugar en algunos aspectos, pero sin establecer comparaciones, ya que fue número uno del mundo durante 13 años".
Aún tengo margen de mejora, así que el reto diario es trabajar para conseguirlo.
Galán pone mucho empeño en difundir la popularidad del pádel
© Jaime De Diego / Red Bull Content Pool
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Apoyo familiar
Galán afirma que el éxito -y el ánimo- de su hermana "me ha ayudado a tener esta pequeña guerra entre hermano y hermana. Ella me ha dado esa motivación". Naturalmente, el resto de su familia también le ha ayudado. "La familia ha sido clave", dice. "Aunque quizá económicamente no pudieran darme lo que otros, han dado todo lo que tenían para que yo estuviera aquí. Mi padre trabajaba en la hostelería y casi nunca le veía, trabajaba día y noche para pagarme los viajes y que pudiéramos presentarnos a las competiciones. Mi madre vivía y lo hacía todo por nosotros".
¿Las lecciones más valiosas que él y Alba aprendieron de ellos? "Trabajo, sacrificio y, sobre todo, esfuerzo". Jorge Martínez, que concedió la beca, ha sido una figura fundamental. "Apostó por mí, me cambió y me convirtió en el jugador que soy hoy", dice Galán. "Actualmente entreno en la Academia M3, de la que él es propietario. Mi entrenador es Mariano Amat, empecé a entrenar con él a los 18 años, pero quien está ahí y detrás es Jorge Martínez. Él me dio la oportunidad".
Trabajo, sacrificio y, sobre todo, esfuerzo.
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Motivaciones
Al igual que su compañero, Juan Lebrón, Galán dice que le motiva el deseo de ganar. "¡Me gusta ganar hasta a las canicas!", dice. Pero también es algo más profundo. El afán de superarse a sí mismo y superar sus propias altas expectativas. "Aún puedo mejorar, así que el reto diario es trabajar para mejorar y ser mejor", dice. "A partir de ahí, llegarán los resultados".
Como era de esperar, gran parte de esta motivación procede de su hermana, que lleva tatuado uno de los dichos de su padre: "Si no te arriesgas, no ganas". Galán está de acuerdo con el sentimiento: "Creo que eso marca nuestra forma de jugar. Arriesgamos y queremos ganar, intentamos ganar los puntos, tener el balón y marcar la diferencia".
¡Me gusta ganar hasta a las canicas!
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Cada vez más fuertes
El camino de Galán hacia el número uno se define por los contratiempos que ha habido en el camino. No ha sido fácil y ésa ha sido la mejor herramienta de aprendizaje. "Las derrotas me hicieron más fuerte. Me hicieron darme cuenta de que no quería eso, que lo que quería era ganar", dice.
Recuerda un torneo concreto de 2017, en Miami, en el que se enfrentó por primera vez a los mejores del mundo. "Perdí en semifinales contra Fernando Belasteguín y Pablo Lima, que eran imparables", recuerda. "Habíamos superado nuestros objetivos llegando a semifinales, íbamos ganando el primer set contra la pareja número uno y le dieron la vuelta. Me hervía la sangre, casi les había ganado. La pareja número uno me ganó y me dije: '¿Por qué? ¿Por qué me ganaron si yo era mejor que ellos? ¿Por qué no seguí así?'".
Galán había sido entrenado para vencer a los mejores y su fracaso le dejó un sabor amargo en la boca. Pero también le hizo trabajar más duro que nunca.
En 2019, se marcó el objetivo de acabar número uno. Estaba a punto de conseguirlo cuando Juan Lebrón se hizo con el título. Eran rivales directos, pero en la segunda mitad del año se aliaron para convertirse en el número uno. Por primera vez, Galán no sólo jugaba para ganar a los mejores, o para jugar junto a los mejores. Era el mejor.
Ale Galán pone el corazón en el pádel y tiene resultados que lo demuestran
© Premier Padel
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Motivación mental
Los altibajos de cualquier carrera deportiva requieren una enorme determinación mental. "En 2018 empecé a trabajar con mi psicóloga, Icíar Eraña. Creo que me ha ayudado mucho", dice Galán. "Bromeamos porque a los pocos días de empezar con ella gané mi primer torneo".
Dice que el primer trabajo de Eraña fue ayudarle a "ordenar" su rutina de entrenamiento. "Mi vida era un poco caótica, no había orden y tener esa estructura fuera de la pista me iba a ayudar a centrarme en mis tareas".
Ahora se centra en ir más despacio, hacer una cosa cada vez y estar en el presente, en lugar de mirar atrás para recordar los errores. Dice que le ha ayudado a comunicarse más y a mejorar su relación con su entrenador y su compañero. Para desconectar, le encanta irse de vacaciones con amigos y familiares.
"Al fin y al cabo es la rutina que exige un deporte profesional, el compromiso que tengo con él, descansar y cuidar lo que comes", dice. "No considero que entrenar sea un sacrificio".
Ale Galán, siempre competitivo
© Silvia Lore / Getty Images
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Hacer crecer el deporte
El pádel le ha dado tanto a Galán que ahora quiere ayudar a que el deporte crezca internacionalmente. Es presidente de la Asociación de Jugadores de Pádel, cuyo objetivo es precisamente ése. "Está bien implantado en España, pero a nivel europeo y mundial creo que aún puede crecer", afirma. "El país que registra un mayor crecimiento es Suecia, pero ahora uno de los principales objetivos a medio y largo plazo es convertir el pádel en deporte olímpico".
El pádel está bien implantado en España, pero a nivel europeo y mundial creo que aún puede crecer.
Como parte de su papel de líder en este deporte, a menudo se le pide a Galán su consejo para la próxima generación de jugadores de pádel. Además de "Si no te arriesgas, no ganas", les dice. "Si quieres, puedes".
"No sirve de nada querer algo sentado en un sofá, si quieres algo tienes que hacer un gran esfuerzo, entrenar muy duro, vivir para ello y hacer sacrificios", dice. "Nunca sabes hasta dónde puedes llegar, puede que llegue a ser número uno y quizá no lo consiga nunca más porque hay otros jugadores que lo hacen mejor".
No sirve de nada querer algo sentado en un sofá, si quieres algo tienes que hacer un gran esfuerzo, entrenar muy duro, vivir para ello y hacer sacrificios.
Remate ganador de Ale Galán
© Jaime de Diego / Red Bull Content Pool
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Mirando al futuro
Mientras su hermana se ha retirado de la competición, Galán quiere jugar mientras su cuerpo le permita seguir siendo competitivo. "No quiero emborronar mis logros con malos resultados", dice. "El objetivo al final es crear algo más allá de ser jugador y dejar las puertas abiertas a lo que me motive en ese momento. Podría ser convertirme en entrenador, o quizá algo para hacer crecer este deporte, como crear clubes por todo el mundo."
Cree que aún le quedan unos 15 años. Por ahora, lo que más le importa es que "los resultados empiecen a sonreírnos. Hemos entrenado bien, hemos hecho una buena pretemporada y estamos centrados en los resultados. "La gente dice que lo difícil es mantenerse, más que llegar. Es un objetivo muy bueno. Así es el deporte".
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