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Clavados

Cómo realizar una entrada perfecta en los clavados

Los profesionales del cliff diving explican lo que hay que hacer para entrar en el agua sin salpicar y obtener el máximo de puntos.
Por Chris Magill
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Aquellos que sigan el Red Bull Cliff Diving estarán acostumbrados a oír a Joey Zuber, el experto comentarista, decir: "¡Y eso es lo que se llama una entrada perfecta!". Lo que significa que el clavadista ha realizado con éxito las maniobras aéreas y ha entrado en el agua casi sin salpicar. En inglés se usa la palabra 'rip' (rasgar, desgarrar) para ilustrar una entrada perfecta, cuando el cuerpo corta como con un cuchillo el agua del lago, río u océano. Estos es lo que anhelan los atletas, los comentaristas y los jueces.
En el mundo de la aviación se dice que los más importante es el despegue y el aterrizaje. Esos son los momentos cruciales en los que los pilotos se ganan de verdad su dinero y en el caso de los clavadistas ocurre algo similar. Saltan desde 27 metros de altura y durante 3 segundos deben realizar acrobacias en el aire antes de entrar en el agua a unos 80 km/h. Un pequeño error en la entrada puede resultar muy caro, tanto para el cuerpo como para la puntuación.
Orlando Duque entra al agua en el Islote Franca do Campo durante la 2ª ronda de la tercera parada de las Series Mundiales Red Bull Cliff Diving, São Miguel, Azores, Portugal el 8 de julio de 2016.

"No le tengo miedo a la altura, sino al impacto con el agua", dice Duque.

© Dean Treml/Red Bull Content Pool

"La entrada es la parte final del salto. Ya ha sucedido todo en el aire y llega el momento final. Lo ideal es salpicar lo menos posible, entrar en una posición muy vertical, entonces el salto ha sido un éxito", explica Orlando Duque, el colombiano que es una auténtica leyenda de las Series Mundiales.
Parece fácil, pero tras unos 3 segundos en los que el atleta ha hecho todo tipo de cabriolas, es casi milagroso poder enderezar el cuerpo en las últimas milésimas de segundo para realizar una entrada perfecta. En la mayoría de los casos no sería posible sin una pequeña arma secreta, el barani.
Blake Aldridge, salta desde la plataforma de 27 metros durante la cuarta parada de las Series Mundiales de Red Bull Cliff Diving en Sao Miguel, Azores, Portugal, el 22 de junio de 2019.

Blake Aldridge hace el barani en Las Azores en 2019

© Dean Treml/Red Bull Content Pool

Para los saltadores, el barani es, aparte del despegue, la maniobra más importante. Es un salto mortal adelante de medio giro que se usa en cliff diving y no desde el trampolín de 10 metros, donde los atletas entran de cabeza. El barani es un perfecto mecanismo de control que permite que los clavadistas entren en el agua de forma segura.
"El barani es realmente donde controlas el salto. Por supuesto, desde la plataforma empezamos con los tirabuzones y giros, que es lo que ves al comienzo de los saltos. Luego llega un momento en el que has hecho todos tus trucos y llevas mucha inercia, tienes que tomar el control en pleno vuelo con el barani", dice el inglés Blake Aldrige, quien pasó desde la plataforma de 10 metros a la de cliff diving después de las Olimpiadas de 2008.
"Para mí esto ha sido lo más difícil en la transición de los saltos olímpicos al cliff diving. Ser capaz de aterrizar de pie después de estar 25 años entrando de cabeza. Es una parte fundamental del salto y es la única manera en la que realmente controlas las cosas. Es donde consigues los puntos, es lo que juzgan los jueces. Si no puedes controlar el barani, no puedes controlar la entrada. Para ser constante necesitas un buen barani".
Es una sensación fantástica cuando eres capaz de hacer una entrada realmente vertical
Así que, han hecho un buen despegue, unos elegantes giros y una buena entrada con un barani perfecto. Ahora llega el momento del impacto pero, ¿qué se siente realmente al entrar en el agua?
"La mayor parte de las veces, una buena entrada duele. Tienes todo el cuerpo completamente tenso. Por lo general tienes una idea de cómo ha ido la entrada, pero en realidad no lo sabes. Entras en el agua y tienes multitud de sensaciones y luego hay un gran silencio mientras atraviesas el agua. Es una sensación fantástica cuando eres capaz de hacer una entrada realmente vertical", dice la australiana Rhiannan Iffland.
Rhiannan Iffland después de saltar desde la plataforma de 21 metros en Stari Most en la sexta parada de la Red Bull Cliff Diving World Series en Mostar, Bosnia y Herzegovina, el 24 de agosto de 2019.

Cuando se logra una entrada perfecta, la sensación es increíble

© Romina Amato/Red Bull Content Pool

Si hay alguien que sabe cómo hacer una entrada perfecta, es el mexicano Jonathan Paredes. Gracias a sus entradas sin falta se ha ganado el apelativo de 'ripmaster'. Jonathan piensa más o menos lo mismo que Rhiannan Iffland sobre este asunto.
"Incluso con una entrada perfecta, te va a doler un poco, pero la sensación es completamente diferente. Te sientes aliviado, llegar al agua supone un gran alivio. Para mí, lo mejor es justo después de la entrada, cuando veo que los jueces me dan una buena puntuación. Esa es la mejor sensación", dice el atleta de 30 años.
Como confesarán los pilotos, no hay mejor sensación que cuando el avión aterriza con seguridad. Para los saltadores está claro que una entrada perfecta ofrece las mismas sensaciones.

Esta historia es parte de

Rhiannan Iffland

La australiana Rhiannan Iffland, la clavadista más laureada de todos los tiempos en las Series Mundiales, domina con mano de hierro desde la plataforma de 21 metros.

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Orlando Duque

La leyenda viva del clavadismo mundial.

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