Dassy y Angyil hacen una pose.
© Carlo Cruz/Red Bull Content Pool
Baile

Cómo memorizar mejor las coreografías

Ya sea trabajando en un show o creando una con tu grupo para batallar, las coreografías son algo que se le atraviesa a mucha gente. ¿Qué tal si pruebas con estos consejos?
Por Nekodificador
4 minutos de lecturaPublicado el

Disecciona la coreo

La memoria funciona mejor cuando absorbes la información separada en pequeños grupos. De la misma forma que no te aprendes un número del teléfono de golpe, sino que lo recuerdas en grupos de dígitos (923-456-789), puedes aprender mejor los movimientos si los agrupas entre sí.
Bgirl Ami bailando en Red Bull Dance Tour

Bgirl Ami

© Little Shao Red Bull Content Pool

Cada persona funciona de una forma distinta, así que debes encontrar la manera de diseccionar que mejor te venga. Algunos dividen los 8's en dos partes, otros agrupan los movimientos por "conceptos" y otros lo hacen en función de las florituras de la música. Ve probando y encuentra la tuya.
Ojo. Ten cuidado con diseccionar mentalmente grupos de movimientos que se han diseñado para hacerse de forma fluida. Esto es un problema bastante común que puede hacer que se te atasque la coreografía, o que se te olvide alguna sección concreta porque "no sabes cómo seguía". Si ciertos movimientos requieren de fluidez en su ejecución, agrúpalos en la misma sección.
Cuando tengas claros estos subgrupos, ensáyalos para ejecutarlos de forma fluida uno detrás de otro, como si cada sección que has construido en tu cabeza fuese un único movimiento.

Ponle nombre a los movimientos y bloques

Si en lugar de contar los movimientos, les pones un nombre o describes lo que hacen, te resultará mucho más fácil estructurar mentalmente cada bloque. Es más, en algunos casos podrás recitar esos movimientos incluso con el mismo ritmo que describen, lo que te ayudará también a recordar contratiempos, dobles, etc... más allá de contar los beats. Un "uno, dos, tres, cuatroycin-seis" da mucha menos información que un "pa-so-pa-so-giroaaatrás, braaazoarriba, plas, plas". ¡Si hasta rima y todo!

Al ensayar, entra y sal de cada ocho

Un problema muy común al ensayar partes de una coreografía es empezar y acabar en un ocho, ya sea del mismo compás o de unos cuantos más adelante. Lo que ocurre al hacer esto es que, en tu cabeza, la coreografía se compone de varias secciones, en lugar de pensar en ella como en una ejecución fluida.
Skitzo posa de rodillas con una mano en la cabeza.

Skitzo durante un baile

© Carlo Cruz/Red Bull Content Pool

Una manera de evitar esto es que, si ensayas 4 compases concretos, por ejemplo, lo hagas entrando a ellos con los movimientos que le preceden y sigas bailando al menos hasta el 8 siguiente. Es decir, haz los movimientos correspondientes al "cinco, seis, siete, y...", y continúa al acabar los compases con los del "un, dos, tres y cuá..."
De esta manera difuminas los límites de las secciones que hay en tu cabeza y acostumbras a tu cuerpo a a entrar y salir de esos bloques de forma natural.

No cuentes tanto y escucha un poco más

Contar está muy bien para estructurar los movimientos, pero no nos olvidemos que una coreografía está diseñada a partir de una música concreta. La música inspira emociones, intensidades diferentes, texturas concretas...
Angyil sobre la pista en Red Bull Dance Your Style

Angyil

© Tomislav Moze

Presta atención a la música. Es muy posible que el coreógrafo haya marcado los movimientos con algún sonido de fondo, alguna floritura en la canción o un ritmo subyacente. Aprender a reconocer qué sonidos de la canción han inspirado cada movimiento es clave para dejar de moverte como un robot y empezar a interpretar lo que quiere el coreógrafo.

La memoria también está en el cuerpo

Nos volvemos a encontrar con la memoria muscular. La hemos citado en otras ocasiones y es que es algo importantísimo para alguien que trabaja con el movimiento. Cuando repetimos un movimiento una y otra vez, llega un punto en el que el cuerpo lo reproduce en piloto automático. Esto nos permite no tener que pensar en dicho movimiento, o lo que es más importante, nos permite destinar recursos mentales a otras cosas, como la interpretación o lo que ocurre a nuestro entorno (algo muy útil en batallas).
Me temo que no hay muchos atajos para desarrollar la memoria muscular, así que no te queda otra que repetir la coreografía una y otra vez. Eso sí, ten en cuenta que el cuerpo recuerda la postura y la energía con la que haces las cosas, así que si estás practicando la coreografía sin ganas, decaído y cansado, ten cuidado porque es así como realizarás los movimientos a la hora de la verdad. Practica aquello que quieres aprender lo más parecido posible a como lo vas a tener que ejecutar en el momento decisivo.
Por cierto, la memoria muscular se puede entrenar también visualmente. Si ves una coreografía prestando la atención suficiente, tu cuerpo puede sentir los movimientos como si los estuviese ejecutando. Obviamente esta habilidad varía de unas personas a otras, pero no es descabellado repasar mentalmente una coreografía mientras la ves grabada en vídeo, por ejemplo.
B-Boy Grazy repasa sus movimientos en su smartphone

Grazy

© Nekodificador