Perfil David Corrochano - Clara Garrido
© Clara Garrido
Skate

Tras la cámara: David Corrochano

"Para mí todas las fotos tienen una historia detrás y, por suerte, en el patín todas son buenas".
Por Marc Fontrodona
15 minutos de lecturaPublished on
David Corrochano (12 de julio de 1993, Madrid) es un apasionado de la fotografía como pocos. De pequeño llegaba a casa con carretes y carretes gastados sin que sus padres entendieran de qué hacía tantas fotos. Hoy en día tienen claro el porqué. En palabras del propio David, "contar historias siendo fiel a mí mismo independientemente de si tu trabajo va a ser reconocido por el resto de la gente. Sin frustrase si no es así, siendo feliz con lo que hago, sabiendo que al final todo llega".
En esta entrevista nos explica su historia con la foto y con el patín:
David, siempre empiezo igual. Explícanos tu historia con el patín.
Todo comenzó a los 12 años. Mi hermano y yo nos pasábamos horas jugando al Tony Hawk's Pro Skater en la Play 2. Nos picábamos por ver quién era mejor y quien hacía los combos más locos. Siempre hemos sido muy competitivos. Creo que nos compramos nuestra primera tabla –la típica del Decathlon que pesaba más que yo- para imitar los trucos del juego.
Empezamos tirándonos por las cuestas de nuestra urbanización con amigos. Recuerdo mi primer Ollie, con las ruedas igual a 2mm del suelo. Te creías el amo. Y como no podía ser de otra forma, nadie lo vio, jajaja.
Con el tiempo, los amigos lo dejaron y mi hermano se hizo nuevos amigos con lo que se iba a patinar. Yo paralelamente cambié de colegio e hice un amigo con el que empecé a patinar, el único problema es que vivía lejos. Nos llevábamos las tablas al colegio y nos enseñábamos lo que habíamos aprendido: el primer pop-shove it, manual, etc. Era puro engorile. Deseaba que llegara el fin de semana para salir a patinar.
Lo malo era que no siempre teníamos cómo quedar, así que me iba yo solo al lado de casa a hacer mis trucos y grabarme como podía. Nuestro primer “vídeo” de patín, que creo que sigue por Youtube, fue Promo Skate. Lo veo ahora y me río, pero lo pasábamos genial. Cada truco nuevo era un mundo. Las espinillas en carne viva merecían la pena.
Luego me volví a cambiar de colegio. Ahí conocí a otros amigos. De ahí nació mi actual grupo de amigos, la PTS. Nos llamamos así porque en verano quedábamos todos los días como un reloj a las 17.00 de la tarde en las ‘pistas’ (una explanada pequeña llana sin más) para patinar. Nos pasábamos toda la tarde haciendo trucos de flat, compitiendo entre nosotros y grabándonos. Era una maravilla.
Lo mejor es la sensación de ver que progresas, de ser crítico contigo mismo y de estar siempre abierto a mejorar, creo que eso es la clave para llegar a ser un buen fotógrafo
David Corrochano
Qué bonita historia. No espero menos de la de la foto...
Siempre me ha gustado mucho la fotografía. De pequeño era el típico que cogía la cámara a mis padres en los viajes. Gastaba muchos carretes. Recuerdo uno en concreto que me fui a León con mi colegio. Cuando volví con todos esos carretes y cámaras desechables mis padres no entendían a qué narices le había hecho tantas fotos.
Si tuviese que decir el momento donde realmente empecé con la fotografía fue en mi verano de los 18 años, que trabajé de socorrista. Mi primer sueldo fue para mi primera cámara, una Canon 550d. Pasaba las horas leyendo las instrucciones y haciendo fotos a los niños en la piscina. Era horrible ese trabajo, jajaja, lo único que me motivaba era que tenía mi cámara y dinero para tener algo más de independencia.
Cada vez me fue picando más la curiosidad. Dedicaba horas leyendo y viendo tutoriales. Al final cuando te quieres dar cuenta estás sumido en tu pompa de fotografía, todo te lo imaginas en fotos. Ese mismo año comencé la universidad. En las clases pensaba en fotografías, en sitios que visitar, en proyectos, era como que no podía parar de pensar en ello.
Poco a poco seguí aprendiendo y haciendo fotos malas, muy malas, pero era consciente de ello. Veía fotos de mis fotógrafos preferidos y comencé a preguntarme cómo lo hacían, cómo iluminaban, cómo encuadraban. Yo para entonces cogía todos los trabajillos que me iban saliendo: que si fotos a un amigo, que si fotos de la boda de la hermana de un amigo, etc.
Aprendí mucho en los conciertos del grupo de mi hermano. Me pedían que llevase la cámara para hacerles fotos y yo encontré el momento perfecto para trastear con el flash. Tengo guardadas las fotos del primer concierto y me echo a reír, pero yo salía con ganas de más, deseoso de llegar a casa y editarlas. Lo mejor es la sensación de ver que progresas, de ser crítico contigo mismo y de estar siempre abierto a mejorar, creo que eso es la clave para llegar a ser un buen fotógrafo.
¿Y cómo llega la fotografía de skate?
El patín para mí siempre ha estado conmigo. Veía las revistas de skate y yo quería hacer esas fotos, me podía pasar minutos mirando la foto pensando cómo podían haberla hecho, yo me imaginaba detrás de la cámara y no delante de ella. Mi primera fotografía de patín me la publicaron en Go-Mag, fue un Sw Smith de Andrew Verde en el rail de Nuevos Ministerios. No contaba con que la fuesen a publicar pero al final salió la cosa. Yo no me lo creía. Aún tengo enmarcada esa foto.
Momentazo. ¿Recuerdas algún otro especial para ti?
Compartir número con grandes fotógrafos nacionales fue algo que nunca pensé que iba a lograr, un sueño hecho realidad. Para mí significó mucho.
En cuanto a otros momentos destacaría cuando terminé la carrera. Le comenté a mis padres que no sabía si dedicarme a la fotografía y básicamente me dijeron que si quería hacerlo tenía que buscarme los medios. Ahí supe que si de verdad lo quería tenía que demostrarlo. Ahora se lo agradezco, si me lo hubiesen puesto tan fácil no habría sido lo mismo.
Y quier destacar otro que está por llegar. Concretamente este junio voy a cambiar la balanza en mi vida. Dejo la clínica donde estoy trabajando –de fisioterapeuta- para dedicarle más tiempo a la fotografía. Cambio estabilidad por nada. No sé cómo va a ir la verdad, es un paso difícil pero necesario. Tengo proyectos en mente que necesitan tiempo y dedicación.
Seguro que irá bien. ¿Dónde te gustaría estar dentro de 5 años en esta nueva etapa?
Esa fue la misma pregunta que me hizo mi jefe hace 3 años y medio en la entrevista de trabajo para entrar en la clínica. Y la respuesta es la misma: no lo sé. Sé lo que me gusta, tengo mis proyectos, estoy abierto a todo y lo que realmente importa es el día a día, hacer lo que más te guste y creer en ello todos los días porque al final todo llega.
Como me dijo mi jefe, la vida son ciclos continuos de 4-5 años. Pasado ese tiempo, si hay algo con lo que no estés contento tienes que arriesgar, cambiar, evolucionar. Y todos los cambios, por mucho miedo que nos den, son hacia bien, estoy convencido de ello. En los próximos años sé que quiero seguir disfrutando de todo esto, viajando, trabajar para ser mejor fotógrafo que hoy pero sobre todo mejor persona, creo que esa es la clave.
Soy muy autocrítico. No sé si algún día llegará el momento en el que vea una de mis fotografía y diga “está perfecta, no tengo que mejorar nada más”. Si eso pasa, que alguien me eche un cazo de agua a la cara porque habrá algo que estaré haciendo mal.
David Corrochano
Que así sea. ¡A por ello! ¿Qué crees que te define como fotógrafo?
Me considero una persona bastante inquieta, soy de diálogo interno y eso es fundamental en fotografía. Si no te haces preguntas no sabrás qué quieres contar. El hecho de ser un poco todoterreno me ha enseñado a adaptarme a cualquier trabajo. Soy una persona muy echada para adelante y me apunto a un bombardeo. A veces eso me asusta porque pienso si me estoy pasando o si en algún momento la voy a cagar en un proyecto, pero no considero que esa sensación sea negativa sino todo lo contrario, porque hace que me lo tome como un reto y que me involucre en cada trabajo al 100%.
Luego pueden salir mejor o peor, pero sé que la dedicación plena a cada proyecto es fundamental. Sinceramente el miedo a cagarla es necesario, hace que no te confíes en lo que haces, incluso si es un trabajo que has hecho muchas veces.
También podría decirse que soy muy autocrítico con mis trabajos, suelo quedarme con esa sensación de que podría haberlo hecho mejor y ese es el motor que hace que siga con ganas de aprender, cada día más. No sé si algún día llegará el momento en el que vea una de mis fotografía y diga: “está perfecta, no tengo que mejorar nada más”. Si eso pasa que alguien me eche un cazo de agua a la cara porque habrá algo que estaré haciendo mal.
Si tuvieras que elegir alguna foto para presentarte, ¿cuál sería?
Escogería por una parte cualquiera de patín. Pero de Andrew. Para mí es de los mejores a nivel nacional. Ya desde pequeño apuntaba maneras. Con él he aprendido mucho, sobre todo en experiencia. Mucho de lo que he podido practicar de fotografía de patín se lo debo a él porque me ha dado la oportunidad de capturarle.
Por otra parte una de mis viajes. Definen muy bien el tipo de fotografía que hago. No sabría elegir cuál en concreto. Todas sirven para presentar mi trabajo.
Siento mucho respeto y atracción por la naturaleza. La fotografío como forma de evadirme de todos los problemas y de mostrar esa atracción. No es el hecho de la foto en sí, sino de estar ahí, en ese momento, fundiéndote con todo lo que te rodea.
David Corrochano
Ya que lo mencionas, háblanos de esta otra faceta tuya: la foto de viajes, de naturaleza.
Siento mucho respeto y atracción por la naturaleza. Creo que todo el mundo debería sentir lo mismo pero por desgracia no es así. Nos estamos cargando el planeta. Este tipo de fotografía es una forma de evadirme de todos los problemas y de mostrar esa atracción. No es el hecho de la foto en sí, es el hecho de estar ahí, en ese momento, fundiéndote con todo lo que te rodea.
La gente no suele hacer fotografías de paisajes o naturaleza porque puede resultar aburrido para muchos. Hoy en día la gente prefiere hacer otras cosas. Tener que andar tanto o recorrer tantos kilómetros para hacer una foto no merece la pena para muchos, y es completamente respetable y comprensible, pero ahí está la gracia precisamente. Recuerdo una vez que un amigo me dijo algo así como que la fotografía de paisaje la puede hacer cualquiera, y yo le dije ¿pero has estado ahí? . Le enseñé una foto nocturna en unos arcos naturales de los montes Ródope en Bulgaria y le pregunté cuánta gente conocía que hubiese estado ahí. Me dijo que ninguna. Eso para mí ya reduce el círculo de gente que pueda contar algo sobre ese sitio.
En su Instagram @dcorrochano puedes seguir las historias de cada foto...
¿Crees que al final un tipo de foto influencia al otro en tu trabajo?
Es una pregunta interesante y más hoy en día donde las redes sociales tienen tanto protagonismo y hay tantos “influencers”. En fotografía la palabra influenciar no me gusta. Inspirar me gusta más. Si alguien te influencia en lo que haces pierdes personalidad, dejas de ser tú y tu trabajo pierde fuerza. Además corres el riesgo de perderte, de no saber realmente qué estás haciendo y por qué lo haces.
Cada uno tiene que buscar el estilo con el que esté cómodo, y todos tenemos uno, pero tenemos que saber llegar hasta él por nosotros mismos. Más que nada porque el estilo de la otra persona no tiene por qué ser el estilo que nosotros queremos, y nos obligamos a seguirlo porque mola, porque en redes sociales vende bien, o incluso porque a la otra persona le va bien y nos creemos que nos va a ir igual de bien.
El problema está en que Instagram está haciendo daño. Hoy en día cualquiera puede usar un preset, hacer fotos que quedan bien y que sacan muchos likes, y es respetable, pero eso no te convierte en fotógrafo. Instagram me parece una herramienta muy potente para difundir tu trabajo, pero es sólo una aplicación, la realidad detrás de la pantalla es diferente y parece que nos estamos volviendo locos intentando imitar vidas que no existen. La clave para salirse de lo normal está precisamente en no venderse a los prototipos de Instagram, ser fiel a tu forma de ver la fotografía inspirándote en aquellos que te aportan algo.
En el skate siempre vas a tener a alguien animándote con un truco, por muy sencillo que sea e incluso aunque no conozcas a la otra persona. Eso no lo he visto en otros deportes
David Corrochano
Toda la razón. Hablemos de historias que sí existen, historias que muestran lo mejor del skate. ¿Qué me puedes decir?
Para mí todas las fotos tienen una historia detrás y por suerte en el patín todas son buenas. No ha habido nada que me haya aportado lo mismo que el patín: momentos, amistades, viajes, conocimiento... Sinceramente, mucha parte de cómo soy se lo debo al patín. El hecho de pasar más tiempo en el suelo que encima de la tabla hasta conseguir un truco es el símil perfecto de superación personal. En general la gente que patina piensa de otra forma, y curiosamente tenemos tendencias artísticas, por algo será.
Los vínculos que genera patinar con gente desconocida no los he visto en otros deportes, aquí no hay competitividad -o no debería-, siempre hay buen rollo, da igual que seas mejor o peor, que ganes o pierdas, siempre vas a tener a alguien animándote con un truco, por muy sencillo que sea e incluso aunque no conozcas a la otra persona. Ahora que lo pienso debería fotografiar más eso porque hay mucho que contar...
¿Alguna para reir un poco?
Con mi grupo de amigos podríamos escribir un libro con todas las historias que nos han pasado. Concretamente se me viene una de un verano en Galicia, durmiendo como 10 personas en un piso de 6. Un viaje de sobrevivir, de los que no puedes dormir tranquilo porque tienes a tus colegas liándola todo el rato. Salíamos a patinar, playa y fiesta. De hecho de ese viaje salió un Fs Feeble de Andrew en un rail que luego publicaron en Erosion (otro momentazo).
Total, que el último día, después de una semana patinando, saliendo y durmiendo poco, yo quise irme a dormir antes (serían las 3.00 de la mañana) porque me tocaba conducir 6 horas de vuelta. Les pedí a mis amigos que me dejasen una habitación para mí porque necesitaba descansar. Pues no pasaron dos horas cuando viene un amigo corriendo, entra en la habitación y me dice: “David levanta que tenemos que ir al hospital”.
Yo no me lo podía creer, pensaba que me estaba vacilando. Me dijo que otro de nuestros amigos se había caído patinando y no pintaba bien, típico amigo pupas que todo le pasa a él. Cuando llegué le ví pálido como la pared. Le dolía el hombro, tenía la clavícula en Parla y me decía que no sabía qué le pasaba, jajaja. Se había puesto a patinar en un skatepark volviendo de fiesta y encima estaba lloviendo, una combinación cojonuda. Le dije que teníamos que ir directos a urgencias. Nos pasamos ahí toda la mañana. Él en silla de ruedas gritando por los pasillos del hospital que quería morfina y yo con una cara de zombie porque no había dormido nada y nos volvíamos a Madrid en unas horas.
No le operaron ahí, así que se tuvo que comer las 6 horas de viaje de vuelta con la clavícula rota despertándose en cada bache. Ahora me río pero lo pasó muy mal...
Vamos con dos preguntas obligadas: A nivel técnico, ¿con qué material trabajas?
Siempre he trabajado con material bastante normalito y me ha valido. Pero este último año nos hemos lanzado al tema bodas e inevitablemente tenemos que ofrecer calidad. Además de que los trabajos que me salen necesito ofrecer la máxima calidad posible. Por eso ahora trabajo con una Canon 5d Mark IV, un 16-35mm 2,8, un 50mm 1,4, fisheye 10mm 2,8, un flash Metz y otro Yongnuo.
En analógico uso una Fed 2, una joya soviética del 1960 y pico. La compré en un mercadillo de segunda mano en Bulgaria, tiene algunos fallos pero me gusta mucho.
Por último, ¿fotógrafo/filmer de referencia?
Fotógrafo de patín: Esteban Velarde. Siempre ha sido un referente, desde que leía su nombre en las fotos de las revistas de patín quería ser como él. Fred Mortagne, sus blancos y negros son otro rollo. Roberto Alegría, me gusta su creatividad y cómo ilumina.
Fotógrafo de paisajes: Sin dudarlo Chris Burkard, la naturalidad que consigue en sus fotos es envidiable, me siento muy identificado con su forma de ver la fotografía. También Alex Strohl, me gusta que se centra sobre todo en contar historias y no tanto en la parte técnica de la fotografía. Fuera de paisajes, Sebastiao Salgado, cuya pasión que siente por la fotografía se ve claramente reflejada en sus obras y en sus proyectos.
Filmer: a nivel nacional Mario Martín es el mejor, pocos vídeos nacionales han igualado al Last Try. De hecho, Mario está en nuestro equipo de bodas llevando la parte de vídeo.
Últimas líneas para ti.
Pues simplemente quiero agradecer a toda la gente que me ha ido apoyando por el camino, a mis padres, hermano, la PTS, a las marcas que han confiado en mi trabajo y a vosotros por esta entrevista. Hay mucho camino por delante.