La leyenda de Nando Dixkontrol surgió en Psicódromo, uno de los After-Hours más icónicos de Barcelona.
© Fotograma de "Ciudadano Fernando Gallego: Baila o Muere"
Nightlife

Aquellos maravillosos… After-Hours

¿Quién más echa de menos terminar, o mejor dicho empezar, el día en una de estas salas en las que casi todo era posible?
Por Daniel Rodríguez y Tracy Arijón
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Se suele decir que la política y la religión son los temas que debes evitar si no quieres acabar hundido hasta las rodillas en el fango de una discusión sempiterna. Pero, ese consejo además de ser el asesino de la sal de la vida no siempre funciona. O mejor dicho sólo funciona con la población común. Hay grupos, tribus e incluso generaciones que son inmunes. O mejor dicho para las que los detonantes emocionales son otros.
Si lo que de verdad quieres es ver el mundo arder, acércate sibilino a un grupo cuya edad ronde los cuarenta años (ahora, respetables ciudadanos, un par de décadas atrás, auténticos quema suelas sin remedio), y como quien no quiere la cosa deja caer que España nunca ha tenido cultura After-Hours. Al principio serás la diana de todos los envites pero poco a poco la conversación girará hacia otros derroteros y antes de que se den cuenta estarán a voz en grito defendiendo su After-Hour, el que de verdad era auténtico, el que tenía buena música, el que tenía el mejor ambiente, y criticando, por supuesto, todos los demás, los cuales nunca le llegaron a la suela de los talones.
No importa qué tipo de relación tuviesen con los After-Hours. Si sólo fueron en ocasiones puntuales o si eran un habitual cada fin de semana. Si eran de los que se dejaba llevar para casualmente acabar siempre allí o si eran de los que no disimulaban y salían el viernes de casa con la muda limpia en la mochila. O si eran incluso de aquellos raros especímenes que se iban a dormir temprano y madrugaban para acudir. Todos tienen una opinión y nosotros no íbamos a ser menos. Este es nuestro Top 5 de Aquellos maravillosos…After-Hours. No sobra decir que todos ellos eran espacios completamente legales.

Alien Club (Madrid, Marqués de Cubas)

Corría el año 1999 cuando Vanessa Herrero, cantante del grupo de rock Mallory Knox, abrió este After-Hours en la calle Marqués de Cubas. Apenas unos meses después ya se había convertido en uno de los principales epicentros de la madrugada madrileña. Si querías escuchar el House underground más interesante del momento era allí donde debías acudir. Además, como también ocurría en muchos otros After-Hours, su ambiente gay aseguraba que se trataba de un espacio en el que no había, o por lo menos no en la misma medida, los malos rollos propios de ambientes más heteronormativos. La llegada de la década de los 2000 trajo consigo el fin de Alien.

Fun Factory (Madrid, Orense)

Se podría decir que existe cierto consenso generalizado dentro del circuito After-Hours a la hora de considerar a Fun Factory como uno de los mejores de la ciudad. Si bien no te costará mucho encontrar la nota discordante que aborrecía todos y cada uno de sus aspectos desde la música que pinchaban a la grifería de los baños. Gente con opinión, ya sabes. La historia de Fun Factory se divide en dos bloques. Una primera etapa a mediados de los ’90 y una segunda a mediados de los ’00. En ambas el local alcanzó un enorme éxito pero con ambientes diferentes, la primera mucho más “bakala” y la segunda abrazando los sonidos Progressive House y un ambiente más gay friendly.

Psicódromo (Barcelona, Almogávers)

Por supuesto, no podía falta en nuestra lista Psicódromo. El recinto de la mente, la cuna de la Makina en Barcelona, de la cultura club en el país, y el origen de la leyenda de Nando Dixkontrol. Su historia comenzó a finales de 1989 y se prolongó hasta principios de la década de los ’90. Puede que no fuese mucho tiempo, pero fue suficiente para construir una historia y un legado que han llegado hasta nuestros días. Para entender lo que ocurrió en Psicódromo debes creer en la magia, sólo así se explica la libertad y liberación que este espacio creó en su entorno. No importaba quién eras, de dónde venías o a qué pertenecías porque en Psicódromo sólo importaba la música. Eso bien lo sabían los DJs Dixkontrol y Pepebilly cuya completa y absoluta dedicación se tradujo en que se mudasen a vivir a la planta de arriba. No había tiempo que perder.

Lokotron (Barcelona, Almogávers)

Ana Lokotron es la fundadora de este After-Hour cuya cabina estaba comanda por Eric Morin y Raúl. Obra de estos últimos fue que la propuesta musical de la sala se orientase hacia el Progressive House. Su ambiente, como el de Alien, invitaba a la pérdida de complejos y a ser quién eras sin temor a sufrir juicios de valor o ataques por ello. Una seguridad que hoy damos por hecha, aunque todavía no lo sea plenamente, pero que en la década de los ’00 estaba lejos de ser la norma.

GOA After Club (Madrid, Mesoneros Romanos)

En el año 1992 se conocieron Pedro y Petro y de esa relación nació GOA After Club. Un after que pese a su escaso tamaño logró rápidamente colocarse a la cabeza en lo que a innovación dentro de la música electrónica se refiere, especialmente dentro de la rama underground del House. Tanto es así que su trayectoria se ha prolongado hasta casi nuestros días. Tras 5 años en el centro de Madrid en la sala Flamingo, y con el cierre de los Afters, la sesión se trasladó a Universal Sur (Leganés). Una jugada muy arriesgada que sin embargo no pudo salirles mejor. Tanto fue así que unos años después se trasladaron de nuevo, esta vez a Fabrik, espacio con un aforo para 10.000 personas. El exitoso tándem que formaron GOA y Fabrik se prolongó durante muchos tiempo, hasta hace tan sólo un par de años. Y como los sueños son libres, uno de los nuestros seguirá siendo su regreso.
Y ahora ya lo sabes. Los After Hours son como los Backstreet Boys, cada persona tiene su favorito, ¿cuál es el tuyo?
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