El trail running es una de las disciplinas deportivas de moda. Correr por la montaña se ha convertido en deseo para muchos deportistas apasionados de la naturaleza. Pero… es un deporte muy duro. Sobre todo por las pendientes que encontraremos en el recorrido, las que, muchas veces, no podemos afrontar cómo nos gustaría. Si eres de los que se echan a andar cuando llega una subida, toma buena nota de los consejos que te vamos a dar a continuación. ¡Te ayudarán a mejorar la técnica y a evitar una fatiga prematura!
Cuando afrontamos un desnivel positivo (pendiente ascendente) nuestras pulsaciones suben, notamos las piernas más pesadas y fatigadas y la respiración empieza a acelerarse… En este momento optimizar la técnica es fundamental para no desfallecer y abandonar nuestro objetivo. Para ello trataremos de seguir estos seis consejos:
Mantén la espalda erguida
No la encorves. Este es uno de los errores clásicos que cometemos, arquear la espalda. No nos va a ayudar en absoluto a subir mejor. Trata de mantener la columna en una posición natural.
Aumenta la frecuencia de zancada
Y acorta los pasos. Es decir, para asegurar la eficiencia energética, apuesta por dar pasos más cortos pero más rápidos. El desgaste muscular será menor.
Utiliza los brazos para hacer un movimiento de balanceo
No solo corremos con las piernas. Debemos utilizar los brazos como impulsores, colocarlos en un ángulo de 90 grados para que ayuden al movimiento natural de la zancada.
No agaches la cabeza
Debido al sobreesfuerzo, es muy habitual que los corredores agachen la cabeza y fijen su mirado en el suelo. Es un error, pues de esa manera se dificulta la entrada de oxígeno por las vías respiratorias. Y eso es justo lo último que necesitamos. Trata de mantener la cabeza recta y la mirada al frente.
Apoya con la zona de los metatarsos
Posiblemente lo harás de manera natural, porque la propia pendiente del terreno incita a ello, pero si eres un “talonador cerrado”, trata de concentrarte en apoyar primero la zona delantera del pie, la de los metatarsos.
Caminar no es pecado
Si la pendiente es demasiado inclinada y sigues fatigado subiendo aunque lleves una postura correcta… opta por caminar. Es mejor dosificar y gastar la energía en llano que vaciarse en una subida. Si decides andar, adopta la postura siguiente: trata de colocar las manos sobre tus rodillas y dando pasos de gigante ayúdate de los brazos haciendo un efecto palanca. De esta manera, descargarás trabajo de las piernas para transferírselo a los brazos.