“¡Vos sos el negro de la película de terror!”, le decía Chili Parker a Blue One a los gritos en el face-off previo al sábado 23 de marzo, cuando se enfrentaron en un Luna Park sold-out ante más de 6 mil personas. Esta nueva edición internacional desbloqueó un nuevo nivel para Liga Bazooka, ya definitivamente consolidada como un evento masivo que atrae al público de las batallas tanto como a las mayores estrellas de la música urbana de esta parte del continente. Trueno, Paulo Londra, Duki, La Joaqui, Lit Killah, entre otros, estuvieron sobre el escenario simplemente para presenciar las batallas.
Fue un evento histórico que duró más de cinco horas. Ayudó que en Bazooka cada batalla tiene su propio clima, empezando con un rematch entre dos batalleros “ortodoxos”, Markitos vs Big Soul, un cruce que desde el comienzo se volvió físico, capturando la atención con pechazos y escupidas al piso incluidas. Ésta era una revancha esperada (secuela de un bodybag que le propinó Markitos a Soul hace cinco años), pero esta vez las cosas fueron un poco distintas: el desarrollo que tuvo Soul en la liga durante el último año –yendo del Draft a las ediciones nacionales y de allí a la Internacional– lo puso en un lugar muy diferente, ayudándolo a entrar de una vez al Top Nacional por la puerta grande.
El duelo técnico entre Brillante vs. El Menor, una batalla de reposición que había tenido que ser cancelada en la internacional anterior (en septiembre), pasó por todos los tópicos previsibles de ambos lados, aunque quizás fue el chileno quién –en su segunda batalla en Bazooka– consiguió ángulos más efectivos, como cuando plantea: “Eso es lo que te duele en el ego: tu fuiste a mi país y te tuviste que devolver, mientras yo vine a tu país y a mi me llamaron de nuevo”.
La tercera batalla de la carta fue Replik vs Jaloner, y aquí fue donde ocurrió uno de los grandes momentos de todo el evento, cuando Jaloner (maestro de las multisilábicas) sorprendió al desdoblarse y salir con una actuación teatral y ¿lisérgica? que inició con un primer round en el que el español solo rimó palabras comenzadas con H. Pero los dos rounds siguientes no fueron menos disruptivos y profundos (en especial el segundo), consiguiendo ser ovacionado en el Luna Park. Hasta su rival, Replik, declaró en el post-batalla desde las pantallas del estadio: “Me sentí bastante humillado”.
La actuación de Jaloner, que Tess La (caster de Red Bull Batalla) catalogó como un “bodybag filosófico” a Replik, causó rechazo entre los “heads” de la disciplina pero sensación en los medios tradicionales, que le dedicaron artículos y posteos especiales, todo parte de un bombazo de popularidad súbita que Jaloner –un tipo especial que rehúye del halago– nunca había experimentado en carne propia. “Fue mágico, no tengo palabras”, dijo sobre la ovación en el estadio y las repercusiones posteriores. “Me han llegado tantas notificaciones a mi Instagram que, desde el domingo, mi cuenta por momentos no abre.”
En la coestelar, Stuart –que en la internacional anterior embolsó a Sweetpain– volvió a Bazooka para enfrentarse con Teorema, su ex dupla de la God Level 2022. Con la destreza en la pluma y la claridad que lo caracteriza ahora en las escritas, Stuart estuvo por encima de un Teo algo enredado con sus propias ideas, y consiguió esta vez lo que en las escritas se conoce como un “Gentleman 30” (una victoria contundente pero “caballerosa”).
En palabras de Chili, ésta estelar suya era como Rocky (“nadie va al cine a ver a Apollo Creed”). Así se preparó mentalmente, saliendo al escenario vestido con bata roja y guantes de box, secundado por su esquina con la bandera de Argentina. Le tocó comenzar y tuvo un primer round muy fuerte, donde buscó dejar expuesto a Blue One (se vio que Blue nunca ha sido un fan de las banderas). En 2022, en el evento “Nuevo Orden” de Línea 16 en sociedad con Spit Mx, el ícono mexicano Aczino castigó con brutalidad a Blue y frenó por completo su carrera ascendente. Tras esa batalla se instaló fuerte el paradigma de que “solo con la pluma no alcanza” para ganar una batalla escrita, y Blue sufrió un downgrade importante, siendo removido del top mexa. Pero este sábado, Blue –que después de cada roomshaker aclaraba: “¡Muy diferente!”– revirtió esa noción y demostró que sin pluma, se gana menos todavía. En el escenario más parecido al de su batalla con Aczino que haya pisado, Blue –con su estética de metalero pelilargo por el que muchos memes lo comparan con Jesús– encontró en Buenos Aires la forma de redimirse y, usando inteligentemente algunos recursos –como bajar medio punto el ritmo de su entrega–, sacó su mejor versión, apareciendo por fin el Blue One que desde su clásico contra Eptos todos querían ver en un escenario grande. El material de Chili, el villano favorito de Bazooka, parecía más orientado al show (una idea que no carece de sentido cuando sabes que vas a batallar en un estadio lleno), pero el argentino por momentos se veía algo distraído, tirando besos al público y peleando con el dron del equipo de filmación. Tal vez subestimó a un rival que vino a hacer lo que hizo siempre, con la diferencia de que esta vez a Blue no se le olvidaron los rounds, ni tuvo chokes ni stumbles. “Soy todo un experto con drones ¡vine hasta acá para volar el circuito!”, barreó Blue One en Luna Park, donde sin dudas logró torcer la narrativa de esta batalla pero también la trayectoria de su carrera, para dejar claro que, como Dios, a veces el battlerap puede ser un guionista loco.
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