Apocalipsis
© Rodrigo Jardón
Music

De gira con Apocalipsis: libertad en el camino

En este reporte especial, te llevamos a la intimidad de la gira de una banda mexicana de Post-Metal con el fotógrafo que los acompañó en el camino.
Por Rodrigo Jardón, fotos y texto
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I. Apocalipsis

Los integrantes de Apocalipsis

Los integrantes de Apocalipsis

© Rodrigo Jardón

La primera vez que salí de gira con una banda tenía 20 años. Me fui con un grupo de Rock psicodélico durante dos meses por 15 estados de los Estados Unidos, en una versión tardía y región 4 de Casi Famosos. Cuatro años más tarde, uno de los miembros de aquella extinta banda me invitó a ver un cartel de música pesada en la Ciudad de México conformado por Terror Cósmico, Akûma, Coagula, Tormentas, y Apocalipsis, todas bandas increíbles, pero fue la última que me voló la cabeza. Aquel día regresé a casa convencido de que había encontrado a mi banda favorita en México.
Apocalipsis es un trío cuyas influencias suenan tanto al amarre del Black Metal y el Hardcore Punk como a las densas atmósferas del Doom, Sludge y Post-Rock. Con su disco homónimo lanzado en el 2012, el trío se convirtió poco a poco en el bastión de Post-metal en México, apareciendo en televisión pública y horarios estelares en festivales, pero sus ambiciones nunca fueron vender miles de discos o tocar en un Vive Latino, sino hacer comunidad.
A través de amigos, conocidos por Internet y colectivos como Lxs Grises, la banda logró una sólida base de fans en sus distintas giras, una de las cuales fue decisiva cuando su guitarrista optó quedarse en República Checa para hacer una nueva vida en el 2015.
Después de casi dos años sin tocar, el mes pasado Apocalipsis tuvo una mini gira con 6 fechas por la República Mexicana a través de Jalisco, Colima, Guanajuato, Morelia y la Ciudad de México al lado de bandas como 33, Tormentas, Into Sickness, Bestia, Malastare, SVÄRD y Russian Circles. Además, me invitaron a tomar fotos.

II. Libertad

El mejor post-metal mexicano

El mejor post-metal mexicano

© Rodrigo Jardón

Las giras de bandas como Apocalipsis forman una red de nuevos pueblos artificiales, como piratas conquistando las subculturas que escapan a lo establecido en cada lugar que visitan: “En Colima van más mujeres que hombres a los show, en León la banda se pone bien loca, en Morelia el desmadre se arma al máximo”, me advirtieron.
Desde Moby Dick o los viajes de Julio Verne, la literatura nos ha dado grandes ejemplos de cómo los viajeros buscan nuevas luces en su mundo agotado –como una banda que ya tocó en todos los escenarios de su ciudad–, siempre para instalarse al final en un mundo lejano, o reencontrarse con su propio mundo.
Para Fabián (guitarrista), Israel (bajista) y Mico (baterista), la rutina del camino es conocida, y se vuelve la mía durante mi trayecto con la banda. Dormir en sofás, colchones inflables, alfombras de salas de ensayo o tomar solo una siesta en la camioneta después de una larga noche de fiesta; cambiar las cuerdas de la guitarra, ver videos, hacer los chistes más tontos o cantar temas de Bob Marley mientras atravesamos paisajes increíbles del bajío mexicano; comer quesadillas a medio camino, compartir un plato de ceviche picante, un trago o hasta un Red Bull para las largas horas en carretera. Solo en un contexto de no-proximidad con el hábitat original se conocen la verdadera naturaleza de cada individuo.
Pero a pesar de la intensa dinámica creada en el camino, existe siempre un sentimiento extraño y difícil de describir que Colin H. van Eeckhout, vocalista de la banda belga Amenra define como estar “juntos solos” (Together Alone): a pesar de tanta convivencia cada uno está en su propio mundo y en su propia búsqueda.

III. Restlessness

El pueblo rarámuri del norte de México cree que el dios padre Onorúame-Eyerúame creó la música y la danza para que los hombres pudieran conectarse con los dioses. De forma parecida, los miembros de Apocalipsis interpretan música sin letra para encontrarse con los suyos, con gente que más que pensar como ellos sienta como ellos, sin los filtros lingüísticos el medio es el mensaje, creando así una comunidad que escucha música pesada para olvidar el ruido del mundo.
Música para olvidar el ruido del mundo

Música para olvidar el ruido del mundo

© Rodrigo Jardón

Algunas veces la parte más difícil de una gira es romper con la dinámica creada durante el viaje y regresar. “Estar de gira te convierte en una persona distinta. Me doy cuenta cuando regreso a casa. Me toma semanas recuperarme después de vivir como un animal por tanto tiempo” dice John Paul Jones, bajista de Led Zeppelin, en el libro Hammer of the Gods: The Led Zeppelin Saga.
El filósofo Peter Sloterdijk llama a este sentimiento restlessness: el espíritu inquieto de existencia desarraigada a tierra firme que busca lugares desconocidos, dirigido por impulsos primitivos para perderse en la aventura. Wim Wenders dice en su libro El acto de ver que “La mitad de los fotógrafos han sido viajeros. Desde que se inventó, la fotografía ha estado orientada al viaje.” Ha pasado casi una década desde la primera vez que salí de gira con una banda y espero que la de Apocalipsis no sea la última porque, para mí, esta es la mayor expresión de libertad.