“Las personas piensan que porque tengo una hija ya no puedo rapear, porque ‘esas cosas están mal’. Como si fuera un obstáculo, cuando no lo es”, cuenta Sumeria, quien constantemente ha sido cuestionada por sus decisiones. A los 17 años se convirtió en mamá y desde esa edad, viene incursionando en las batallas de freestyle.
Desde que tiene uso de razón, Sumeria es fanática de la música. Ella cree que es una herencia de su madre, quien participó en el recordado programa de televisión peruana “Trampolín a la fama” (emitido desde 1966 hasta 1996).
Fanática del rock, la salsa y el rap, la vida de Hilda cambió completamente cuando vio a un amigo suyo hacer freestyle por el año 2016. Sorprendida por esta nueva habilidad, se trazó un objetivo: “si él podía hacerlo, entonces yo también puedo”.
Como Hilda era muy tímida y como Sumeria soy mucho más desenvuelta
“Un día conocí a un amigo que rapeaba y yo me sorprendí, no sabía cómo lo hacía. Yo escribía, pero en ese tiempo ver improvisar a alguien me llamó mucho la atención”, cuenta aún sorprendida.
Pese a su amplio gusto por el rap, Hilda aún sentía vergüenza al improvisar y realizar sesiones de freestyle en público. Fue así que bajo el nombre Sumeria se animó a dar sus primeras presentaciones.
“Sumeria es el origen de mi yo artístico. Como Hilda era muy tímida y como Sumeria soy mucho más desenvuelta. El nombre me ha dado la confianza que a Hilda le faltaba. Además, Sumeria es supuestamente la primera civilización de la humanidad, así que me gustó eso también”, comenta la ahora reconocida freestyler.
CARREAR
En el Perú y en varios países de Sudamérica, diversos raperos desarrollan el arte del freestyle en las calles. Muchos de ellos realizan una práctica que, hoy en día, se ha vuelto común: subir a los buses de transporte público y rapear. Esta actividad es conocida como ‘carrear’.
“Yo lo hacía porque quería perder la timidez. Si yo era capaz de subirme a un carro y enfrentar a la gente que está ahí sin conocerla, creía que era capaz de muchas cosas. Bueno, también me servía de autogestión porque mucha gente lo disfrutaba y me colaboraban con dinero”, cuenta con nostalgia.
Trabajar en los buses fue una gran ayuda para Sumeria, debido a que día a día luchaba contra los prejuicios sobre las mujeres y el rap. Además, había oportunidades en las que recaudaba considerables sumas de dinero. Eso sí, debía dedicarle gran parte del día a esta actividad.
“Gran parte de mi vida, cuando ya tenía a mi bebé, vivía solo del carreo. Habían días en los que podía ganar hasta 200 soles, dependía de cuantas horas del día le dedique. Creo que el hecho de ver a una mujer sin miedos y prejuicios rapeando en un bus y con el mensaje que trataba de repartir, era una gran motivación para que la gente colaborase”, agrega.
Tras superar su propia desconfianza y con cierta experiencia haciendo freestyle en los buses, Sumeria se topó con un colectivo de batallas de freestyle. Convencida de que se encontraba lista para enfrentar a cualquier rapero, se animó a participar.
“Me baje en un paradero del Rímac y vi un colectivo de batallas de freestyle. Me inscribí, gané y desde ese entonces me enamoré del freestyle”, cuenta aún emocionada.
MAMÁ DE ABRIL
Con poco tiempo en el mundo de las batallas de freestyle, Sumeria tuvo que alejarse. A los 17 años se enteró que iba a ser mamá, noticia que hizo que sus prioridades cambiaran por completo. Pese a que estuvo a punto de inscribirse para Red Bull Batalla de los Gallos, ella sabía que lo mejor era alejarse por un tiempo.
“Ha sido todo un proceso. En ese momento tenía 17 y me propuse mejorar mi freestyle. De hecho, quería entrar a la Red Bull Batalla de los Gallos, pero me enteré que iba a tener una hija. Entonces, ya no tenía el mismo tiempo para poder rapear. Ya no bajaba a los colectivos porque mi prioridad era que mi barriga creciera bien, que la bebé naciera bien”, explica la freestyler.
Sin embargo, Sumeria nunca dejó el rap. Durante su embarazo se dedicó a escribir temas mientras contaba los días para tener a su pequeña en brazos y, por qué no también, para su regreso a las competiciones.
A finales de 2018 su tan anhelado regreso se dio, y tuvo como escenario la Liga de Freestyle Femenina, donde se proclamó ganadora.
Cuando pisé el escenario la gente gritaba mi nombre y yo no lo podía creer. Fue una experiencia genial
LAS CHOCOSERIAS
Al ya no tener un trabajo fijo y dedicarse íntegramente al freestyle, Sumeria inició un emprendimiento para mantener a su pequeña hija. Empezó a vender chocotejas (bombones de chocolates) que ella bautizó como “Las Chocoserias”.
Asimismo, en 2019 se animó a participar en la regional de Arequipa de Red Bull Batalla de los Gallos. En la competencia perdió en primera ronda, pero hasta el día de hoy, según cuenta, siente que en la derrota ganó mucho más.
“Tiene que haber alguna forma en la que yo pueda rapear y mantenerme. En el colegio me enseñaron a hacer varios postrecitos y entre ellos chocotejas. Así que me dediqué a vender estos dulces. Después de participar en la regional de Red Bull me empezaron a llamar para eventos. De hecho, me fui al tour de Red Bull en Cañete, Tacna y Arequipa donde también llevé chocotejas. La gente ya me conocía y me llamaban para bastantes eventos”, comenta.
Sumeria en la Regional de Arequipa 2019:
Las audiciones para la Red Bull Batalla de los Gallos Perú 2020 se han extendido hasta el 10 de agosto, pero Sumeria fue demasiado anticipada y envió su video los primeros días de julio. Está convencida de que si la eligen, su participación dará que hablar.
“Cuando pisé el escenario la gente gritaba mi nombre y yo no lo podía creer. Fue una experiencia genial.”, cuenta recordando su paso por la regional de Arequipa. “Sé que si este año entro, las cosas van a ser muy distintas”, agrega ansiosa de revancha.
EL LABORATORIO DEL FLOW
La actual situación mundial de salud ha llevado a muchos a reinventarse. La cuarentena ocasionó que Sumeria ya no pueda vender ‘Las Chocoserias’, además de no tener presentaciones. Rápidamente, la freestyler vio opciones de seguir generando ingresos para su hogar.
“Al principio me chocó. Yo no sabía qué era la cuarentena porque no veo noticias, no me gustan. Entonces, yo estaba viajando a Piura a un evento. Me llamaron y me dijeron que tenía que volver. El organizador nos pagó y me regresé con la misma a Lima. Gracias a Dios, yo siempre he ahorrado. Pero no sabía que la cuarentena iba a ser más de un mes. Entonces, los ahorros no me alcanzaron. Gracias a Red Bull tengo alcance y varios seguidores, así que hice una rifa donde sorteé varios souvenirs de los colectivos en los que he participado. La gente me colaboró y con eso me alcanzó para dos meses”, detalla.
Pero la buena vibra seguía llegando a su vida. Una amiga de las batallas de freestyle le comentó que un laboratorio clínico se encontraba en la búsqueda de personal.
“Estoy trabajando con Andrea (más conocida como South Queen). Nosotras le decimos el ‘sindicato de raperas’, porque trabajo con otras tres chicas que también rapean. Cada vez que salimos del trabajo nos quedamos 20 minutos rapeando y batallando”, cuenta emocionada.
En el trabajo, Sumeria y sus compañeras tienen un grupo de chat al que han llamado ‘El laboratorio del flow’. “Nuestro jefe creó el grupo y ya le hicimos también una canción al doctor”, concluye entre risas.
Pese a que la vida y las circunstancias la han llevado por distintos caminos, Sumeria está convencida que algún día vivirá del rap. Es por eso que alista el lanzamiento de su primer EP, el cual viene trabajando desde 2018 con el productor Pinino. Además, ella aún tiene su revancha pendiente con las competencias de freestyle.