Fitness
La nueva fuerza del fitness funcional tiene nombre: Victor Hoffer
Con solo 22 años, el atleta francés irrumpió en la escena del fitness como un niño prodigio. Ahora, tras superar algunos contratiempos, traza sus próximos movimientos… y un legado para toda la vida.
Puede que solo tenga 22 años, pero Victor Hoffer ya es uno de los nombres más destacados del fitness competitivo. Triple campeón nacional de CrossFit® en Francia, también ha dejado huella en el World Fitness Project (WFP), una liga global emergente que reúne a atletas de élite del fitness funcional. El WFP otorga “pro cards” a un grupo selecto que se clasifica al más alto nivel. Entre ellos, Hoffer fue el hombre más joven en ganarse un puesto.
Sin embargo, su carrera deportiva casi tomó un rumbo muy diferente. Hoffer comenzó originalmente en la gimnasia, pero todo cambió cuando cumplió 16. “Mis padres ya hacían fitness funcional y mi madre me dijo: ‘Ven conmigo al box. Pruébalo, probablemente te gustará’”, recuerda.
Menos mal que lo hizo. Entrenadores y patrocinadores llegaron rápidamente y su experiencia en movimientos de alto nivel le ayudó a dominar los fundamentos con bastante rapidez. Ahora, con tantos objetivos ya cumplidos, aprovecha el tiempo de lesión para planificar su regreso y una dedicación de por vida al deporte que lo formó.
Preparándose para la vuelta
Gimnasta hasta los 16 años, Hoffer ha causado un gran impacto en el fitness
© Christian Pondella/Red Bull Content Pool
Entrenando para el World Fitness Project en Arizona este verano, Hoffer notó que algo no iba bien. Su rodilla derecha no se sentía normal… y las pruebas lo confirmaron. El diagnóstico: una lesión por sobreuso. Nada que acabara con su carrera, pero lo bastante serio como para requerir paciencia, rehabilitación y autocontrol.
“No es una lesión muy grave, solo una que necesita tiempo para curarse bien”, dice Hoffer, encogiéndose de hombros. Aun así, fue suficiente para mantenerlo alejado de la competición, obligándolo a un programa de rehabilitación que se extendería durante el otoño.
En lugar de quedarse quieto, se adaptó. “Hago mucho trabajo de tren superior y bastante cardio”, explica. “El fitness funcional te da muchas opciones: puedo pasar horas en la bicicleta cada semana, y eso me hace feliz”.
Para muchos atletas jóvenes, un revés así podría destruir la confianza o el impulso, pero Hoffer ha desarrollado una perspectiva que va más allá de sus años. Ha experimentado el éxito temprano y entiende que las lesiones forman parte del camino: baches, no señales de alto.
“Mentalmente me siento bien”, dice. “Podría ser peor. La música me ayuda a mantener la perspectiva. Este último año he tenido un contratiempo tras otro, pero he aprendido a gestionarlo desde mis días de gimnasia. Siento que por fin estoy en camino hacia la recuperación total. Un día veré la luz al final del túnel”.
Del salto de la gimnasia al fitness funcional
La actitud relajada de Hoffer ante los misterios incontrolables de la vida como atleta profesional comenzó en un pequeño pueblo llamado Munster, en el noreste de Francia. Famoso por su queso, también fue donde Hoffer empezó en la gimnasia a los tres años.
“En Munster hay un club muy, muy bueno para chicos. El entrenador me vio y dijo: ‘Prueba esto, prueba aquello’”, recuerda de sus primeras sesiones. “A los 12, ya estaba entre los mejores gimnastas de la región del Gran Este y de Francia.”
Sin embargo, un entrenador duro amargó su relación con el deporte. A los jóvenes se les pedía pesarse constantemente y entrenaban 20 horas por semana. Hoffer no rehúye el trabajo duro, pero no estaba seguro de que la gimnasia valiera el sacrificio. Después llegó el fitness funcional y dio el salto en 2019, con 16 años.
Comenzar en el fitness competitivo: lejos del flechazo inicial
“Tras la gimnasia, no necesariamente quería hacer un deporte, pero quería encontrar algo en lo que quizá pudiera destacar”, dice Hoffer, mostrando la confianza que ha impulsado su carrera hasta alturas tan grandes.
“Mi madre sugirió salto con pértiga. Yo quería hacer boxeo y artes marciales”, recuerda. Al final, su madre le propuso probar el fitness funcional y Hoffer aceptó. No fue amor a primera vista. “No me enamoré del deporte, sobre todo porque me ganaban personas que duplicaban mi edad”.
Cegado por la autoconfianza propia de alguien muy joven, esperaba entrar en un box y sobresalir. Darse cuenta de que requería más trabajo y dedicación fue una lección de humildad.
El entrenador le dijo: “Quizá podamos hacer algo si estás realmente motivado.” La madre de Hoffer —la auténtica heroína de esta historia— intervino y prometió contratarle 20 sesiones de entrenamiento personal para aprender las bases. Fue durante estas sesiones cuando Hoffer afirma que se enamoró del deporte.
“Empecé a ver vídeos en YouTube. Vi los CrossFit® Games, los campeonatos del mundo”, dice. “Vi a Willy Georges, de los Vosgos [la región francesa de donde es Hoffer], compitiendo en los Games. Y a Mat Fraser, el campeón del mundo. Pensé: ‘Si hay algo que quiero hacer, es ir allí’”.
La emoción creció y se volvió abrumadora, y con el fitness funcional alcanzando su máxima popularidad, todo parecía posible.
Casi de inmediato, empezó a dar frutos. “En 2020 empecé a competir como júnior y fue una revelación porque competí en el campeonato francés juvenil, donde me fue muy bien”, cuenta.
Ese mismo año fue a Estados Unidos a competir en Wodapalooza, una competición enorme para jóvenes de 16 a 18 años. “Superé a chicos que habían competido en los CrossFit® Games como júniors”, recuerda. “Ahí nos dimos cuenta de que yo nunca había competido en los Games. Era un poco tarde para la categoría juvenil, pero con 18 años gané una de las mayores competiciones para jóvenes. Fue realmente una revelación que me hizo pensar: ‘Creo que puedo lograrlo’”.
El ascenso de Hoffer en la élite se ha visto frenado por lesiones
© Christian Pondella/Red Bull Content Pool
De hecho, se clasificó por primera vez para la competición, pero una fuerte lesión en el talón lo dejó fuera: “Me sentí perdido; era muy joven y ya había logrado mi objetivo de clasificarme. No sabía qué venía después.” Por suerte, con la ayuda de su familia y entrenadores recuperó su “por qué” y desde entonces no ha dejado de avanzar, con un sólido debut en el primer evento del WFP en EE.UU. que lo posiciona bien para un fuerte 2025.
Salvo su actual lesión de rodilla, Hoffer ha demostrado que su enfoque está de vuelta y más firme que nunca.
En cinco o diez años quiero ser más fuerte, más rápido y estar entre los mejores atletas del mundo. Para eso entreno cada día.
Victor Hoffer: referente y voz en la escena del fitness funcional
Hoffer entiende que ser atleta en 2026 y más allá no es solo competir: es conectar. En ese sentido, es 100% Generación Z.
“Las redes sociales pueden ser negativas”, admite. “Vivimos en un mundo donde alguien con menor nivel deportivo, pero más activo en Instagram, puede ganarse mejor la vida. Eso puede frustrar. Siempre busco maneras de desarrollar mi Instagram, no solo por números, sino para ser una voz de mi generación en el deporte”.
Los objetivos de Hoffer: ser uno de los mejores atletas de fitness
© Christian Pondella/Red Bull Content Pool
Su entrenador le dice que se centre solo en entrenar, pero su equipo le recuerda que las marcas no solo respaldan resultados: respaldan historias. “Han invertido en mí para que comparta mi camino”, dice Hoffer, “para inspirar a jóvenes, o a cualquiera, a empezar su propio viaje deportivo o ser constantes en él”.
Es un equilibrio que está aprendiendo a dominar: construir los dos lados de su carrera, la competición y la comunicación.
Por ahora, se siente cómodo con este balance. Pero cuando se trata de su visión a largo plazo, no duda: “En cinco a diez años quiero ser más fuerte, más rápido y estar entre los mejores atletas del mundo”, afirma. “Para eso entreno cada día”.