Materiales innovadores, seguridad óptima, alta tecnología: como los coches más sofisticados del mundo no se conducen con un pijama de algodón y un casco de bicicleta, decidimos revisar todo el equipamiento utilizado por los pilotos de F1, de pies a cabeza.
Monos de F1: tejidos ignífugos
Fama, emoción, diversión, dinero: los pilotos de F1 conducen para muchas cosas, pero desde luego no para prenderse fuego. Sin embargo, cada fin de semana, estos caballeros salen a la pista en coches que pueden incendiarse a la menor oportunidad. Romain Grosjean, atrapado en su coche envuelto en llamas en el Gran Premio de Bahréin de 2020, lo sabe mejor que nadie.
Así que, lógicamente, los fabricantes de trajes han hecho de la resistencia al calor su principal preocupación. Ya sean de nomex o de hocotex, todos utilizan tejidos ultratécnicos diseñados para alejar las llamas y proteger la piel del piloto el mayor tiempo posible. Sparco, un diseñador de moda italiano especializado en automovilismo, fabrica trajes como el Extrema, capaces de resistir el fuego durante más de 20 segundos. ¿Su secreto? Una sola capa textil que “engloba en un solo tejido todo lo que la tecnología tradicional ha conseguido con un sándwich multicapa”, explica uno de sus jefes de producto.
Vendidos por entre 3.000 y 4.000 euros, estos trajes se hacen a medida de cada piloto. ¿La idea? Mejorar sus prestaciones de seguridad mediante cortes perfectamente adaptados, pero también ofrecer mayor comodidad. El tejido se corta de delante a atrás para adaptarse al cuerpo encorvado del piloto, y se utilizan costuras planas -entre otras cosas, como paneles especiales- para evitar cortes cuando el piloto se ata al asiento.
Pero eso no es todo: estos monos de F1 también son ultraligeros (otro punto clave para los equipos, que persiguen hasta el último gramo) y transpirables para evitar el exceso de transpiración. Que, en cualquier caso, no podría servir para apagar posibles llamas.
Y como, como decíamos en la introducción, los pilotos de F1 no van desnudos bajo la ropa de trabajo, también se diseñan calzoncillos ignífugos y calzoncillos (muy) largos para evitar que el calor haga estragos en zonas especialmente sensibles.
Cascos de alta gama, té y Joey Tribbiani
Cubrecabezas de tela, pasamontañas de cuero: antes de la llegada del casco integral a finales de los años 60, los pilotos de F1 llevaban durante mucho tiempo cascos que protegían sus orejas del frío pero no sus cabezas de los impactos.
Hoy, los cascos ultrarreforzados son de rigor. Compuestos por múltiples capas de carbono, aramida, kevlar o nomex (la famosa fibra ignífuga que también se utiliza en los monos de carreras), están diseñados para resistir diversas formas de aplastamiento, presión, impacto y calor. “Son los cascos más seguros del mundo”, explica Laurent Mekies, jefe del departamento de seguridad de la FIA, que también ha impuesto nuevas normas a los equipos esta temporada. Entre ellas, una mayor protección balística (sí, el léxico de la seguridad automovilística es el mismo que el de la guerra), cascos capaces de resistir una caída de 5 metros de un objeto de 10 kg, y una apertura de la visera reducida en 10 mm para evitar que el más mínimo trozo de escombro cause estragos irreparables.
Pero como la vida es algo más que seguridad, estas pequeñas joyas cada vez más aerodinámicas también permiten a los pilotos comunicarse con su equipo, beber té (el coche calienta bebidas isotónicas a medida que avanza la carrera) e incluso transmitir mensajes personales. El casco de Max Verstappen lleva dos rayas en forma de bigote en homenaje a las que adornaban el casco de su padre Jos. Y ya hemos visto a Lewis Hamilton corriendo con un dibujo de su ex y su perro, o a Romain Grosjean luciendo un casco lleno de referencias a Friends, que luego regaló a Matt Leblanc (alias Joey Tribbiani) tras el GP de Estados Unidos de 2014.
Además, hay dos cositas directamente relacionadas con el casco: el sistema HANS, que sujeta la cabeza y el cuello en caso de impacto, y el pasamontañas. Que no es, al contrario de lo que sugiere su nombre, un pastelito oriental, sino un pasamontañas ignífugo.
Guantes biométricos F1
Cuando te pones los guantes y escuchas la banda sonora de Drive para conducir tu Micra por un camino rural, es sobre todo para contar tu historia como Ryan Gosling. Los pilotos, en cambio, tienen otros deseos y, sobre todo, otras necesidades. Hechos a medida y antideslizantes, sus guantes de nomex son también biométricos. Sí, como su pasaporte. Pero también en este caso el objetivo es diferente. La idea es recibir datos -a través de pequeños sensores de 3 mm colocados en la palma izquierda- sobre la cantidad de oxígeno en la sangre del piloto, su pulso o su nivel de movimiento para informar a los equipos médicos en tiempo real.
Plantillas pequeñas para pilotos grandes
Última parte de la parafernalia del piloto, las zapatillas no son la parte más emocionante del kit. Pero debes saber que estas pequeñas cosas, hechas de cuero acolchado y nomex (el material inmortal), tienen suelas de goma especialmente finas y adherentes, así como cordones en el lateral del pie para una circulación sanguínea óptima. Pero en algunos casos (bueno, sólo en el de Daniel Ricciardo), también pueden utilizarse como copa de champán. Cuando todas las copas están en el lavavajillas, hay que buscar soluciones.
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